San Juan es la segunda provincia vitivinícola más importante de Argentina luego de Mendoza, con el 17% de la superficie total plantada en el país. La viticultura sanjuanina se asienta en una serie de valles distribuidos en el centro-oeste de la provincia: Pedernal, Calingasta, Zonda, Ullum, Iglesia y Jáchal, donde se dan las condiciones ideales para obtener vinos frutados con personalidad y estilo únicos.
La variedad predominante es el Syrah, pero también tienen importancia el Malbec -con interesantes diferencias con otras regiones del país-, el Cabernet Sauvignon y la Bonarda. Entre los blancos se destacan el Torrontés y Chardonnay.
San Juan es la segunda provincia vitivinícola más importante de Argentina luego de Mendoza, con el 17% de la superficie total plantada en el país. La viticultura sanjuanina se asienta en una serie de valles distribuidos en el centro-oeste de la provincia: Pedernal, Calingasta, Zonda, Ullum, Iglesia y Jáchal, donde se dan las condiciones ideales para obtener vinos frutados con personalidad y estilo únicos.
La variedad predominante es el Syrah, pero también tienen importancia el Malbec -con interesantes diferencias con otras regiones del país-, el Cabernet Sauvignon y la Bonarda. Entre los blancos se destacan el Torrontés y Chardonnay.