Hablemos de Bonarda, segunda variedad más plantada en el país

Esta cepa se la destaca por presentar un muy buen color, de taninos suaves, fácil de tomar y de baja graduación alcohólica, características distintivas ante las nuevas tendencias.

Es ideal para acompañar picadas, carnes rojas suaves, un asadito o unas ricas pastas con salsa de tomate, entre otros. La temperatura ideal de servicio es entre 16 y 18 grados centígrados.

Según el enólogo de Nieto Senetiner, Roberto González, las características enológicas de este vino, cuando se las compara con el Malbec, son muy símiles: “Es un producto que presenta muy buen color, de nariz fresca y frutal; algunas veces suele evolucionar al clavo de olor y de boca muy sedosa, amplia y de taninos muy soft. Una cualidad muy importante es que su contenido alcohólico no supera los 13,5”. 

Sebastián Zuccardi señaló que “es una variedad de gran adaptación a nuestro clima y suelos, por esto es la segunda variedad tinta cultivada en el país. Esta ampliamente difundida en las zonas de menos altura de Mendoza (zona este) pero se la encuentra en toda la provincia”.

Es la segunda variedad más plantada en el país y su reconocimiento está creciendo rápido.

La Bonarda, con orígenes en Piamonte, Italia o en Corbeau de Savoie, Francia, (depende a quien se le pregunte), se adaptó perfectamente a la Argentina y se considera, hoy en día, parte de nuestra identidad varietal.

Para comparar las raíces argentinas con las de Piamonte y las de Savoie, se condujeron pruebas genéticas, y el estudio reveló marcadores moleculares idénticos a los del Corbeau. La misma variedad se vinifica en California y se llama Charbono. Sin embargo, la Bonarda Argentina fue reconocida en el año 2011 cómo una variedad cultivada únicamente en Argentina, por el Instituto Nacional de Vitivinicultura.

Tiene una piel fina, entonces necesita una buena protección del sol y también una buena ventilación para evitar pudriciones. Por eso se usa mucho el “Parral”, una espaldera alta con canopia horizontal, que da resultados muy positivos.

El vigor de la planta está naturalmente equilibrado; resulta en una mejor maduración de la fruta y lleva a un vino encantador, con un cuerpo elegante, fino y una sensación en boca fresca y muy afrutada.

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