Cómo se vive una nueva vendimia en pandemia, según 15 referentes del sector

Si bien hubo algunas complicaciones en zonas específicas, el clima fue más benévolo que en 2020. Compartimos esta nota realizada para Infobae, donde Fabricio Portelli habló con agrónomos, enólogos y especialistas del mundo vitivinícola para entender el detrás de escena de esta cosecha

Para esta edición, y a modo general, la cosecha fue entre muy buena y excelente, dependiendo de la zona, fresca y húmeda, similar en ese aspecto a la de 2016. En Mendoza, provincia que concentra el 80% de los viñedos, la temporada se inició con una helada que afectó principalmente a las áreas más expuestas, mientras que el resto de la temporada fue positiva en términos de clima, con una primavera ligeramente cálida sobre el promedio (0,6 °C) y un verano más frío respecto al año anterior (-1,3 °C). A raíz de estas temperaturas más frescas del verano y el principio del otoño, se logró una maduración lenta, lo que permitió cosechar las uvas en el momento preciso y con la madurez deseada. 

En un comienzo, las lluvias de enero y febrero amenazaron la sanidad de las uvas blancas más sensibles, pero, afortunadamente, en marzo y la primera mitad de abril, el clima se presentó más seco que otras épocas. En paralelo, la cosecha de uvas tintas no tuvo mayores complicaciones. A nivel provincial, las estimaciones apuntan a que este año será similar a 2020 “en cuanto al volumen elaborado, que fue de 15 a 20% menos que las cifras históricas, pero al mismo tiempo, con una gran calidad en general”, detalla Martín Kaiser, gerente Vitivinícola de Bodega Doña Paula.

Esto significa que, si bien en el aspecto cuantitativo fue relativamente normal, con 22 millones de quintales de uvas cosechadas, se está por debajo del promedio histórico. Y esa es la tendencia porque los viñedos productivos se fueron abandonando debido a los precios bajos de la uva. Por lo tanto, habrá que acostumbrarse a cosechas como esta.

Luis Reginato, agrónomo de Catena Zapata, bodega en la que comenzó a trabajar unos meses antes de recibirse, celebre su vendimia número 22 junto a la familia Catena. Y, para él, la cosecha fue excelente. Reginato tiene historia en el sector vitivinícola: a los 9 años, tuvo su primera vendimia, ya que vivía en una casa que quedaba en una bodega y su padre hacía vinos. “Yo cargaba el escobajo desde la moledora hasta un carro; era algo que me divertía y entretenía”, recuerda. Al terminar la secundaria, ya trabajaba con su padre en la champañera y fincas de la familia.

Para Ariel Angelini, el joven viticultor y enólogo de Casa Petrini, el balance también es positivo: “La cosecha 2021 brindó uvas de calidad y con diferentes puntos de madurez, dando como resultado vinos expresivos, frescos y de estilos diversos, que resultan más que interesante”.

En tanto, para Gustavo Sánchez, enólogo de Bodegas Chandon, en general fue una cosecha muy buena, y en lo que a la obtención de uvas para espumosos se refiere, la considera de muy buena a excelente. “Nuestra vendimia es larga y cosechamos en diferentes zonas, por lo que cada lugar y momento tienen un gran impacto en la calidad final de la uva que vinificamos”, explica.

Roberto de la Mota, de Mendel y Revancha, lleva 36 vendimias oficiales, dado que comenzó a trabajar como empleado en Cavas de Weinert en 1985. “Pero, si sumo las que realicé como operario en las prácticas de vendimia de enología y aquellas en las que lo hacía para ganarme unos pesos, ya estoy en 39. Y me gustaría llegar al menos a las 50”, afirma y cataloga a los blancos que ya están terminados como muy buenos. “Incluso, podrían estar por arriba de la vendimia anterior, con mucha fruta, buen volumen y excelente equilibrio de alcohol y acidez”. Por otra parte, si se comenzó a cosechar algunas parcelas de uvas tintas en forma temprana, “rápidamente vimos que faltaba algo de madurez a los taninos y polifenoles y paramos”, explica. Las lluvias hicieron temer por la sanidad de las uvas y muchos se apuraron a cosechar. Pero, la sanidad de las uvas fue muy buena.

Gustavo Hormann, gerente y enólogo de Kaiken, trabaja junto a Aurelio Montes, referente de Chile, desde hace casi dos décadas. Como enero y febrero fueron muy fríos y con lluvias, algunas uvas blancas tuvieron problemas, pero nada para preocuparse, aclara. Aunque en algunas zonas los tintos no llegaron a madurar bien, a los Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Petit Verdot tuvieron que cosecharlos algo verdes, no así el Malbec. “Por ahora, tenemos lotes muy florales y algo verdes en las expresiones de los vinos, pero, en general, la calidad viene muy bien”.

Edy Del Popolo, de Susana Balbo Wines y PerSe, cumple 30 cosechas en la Argentina. Si bien se trata de una cosecha húmeda y fría, en la zona alta de Gualtallary, en el Valle de Uco, gracias a los suelos arenosos y pedregosos, no hubo problemas sanitarios ni dilución. “Fue una cosecha hermosa, parecida a la 2016, con datos climáticos muy similares”.

Desde Bodegas Bianchi hace cuatro años, Silvio Alberto comparte el entusiasmo por la cosecha 2021, con vinos que, sostiene, van a dar que hablar. Las bases de espumantes y vinos blancos tuvieron una merma generalizada de alrededor del 15% al 20% por diversas razones, que van desde el granizo a las heladas tardías en octubre. “Las lluvias de enero a marzo hicieron temer lo peor pero, realmente en nuestro caso no tuvimos ningún problema de sanidad; es más, gracias a las prácticas vitícolas que utilizamos, la piel del grano de uva estuvo crocante hasta el día de la cosecha, lográndose una excelente sanidad”.

Edgardo Cónsoli es ingeniero agrónomo y lleva 20 cosechas en Zuccardi, y alrededor de 15 junto a su padre en la finca de la familia. Junto a él y Sebastián Zuccardi, también trabaja el joven agrónomo Martín Di Stefano, abocado principalmente a las fincas del Valle de Uco. “Las uvas cosechadas en esta vendimia mostraron una calidad altísima. Se parece en cierta medida a la cosecha 2018 o 2019, donde la madurez fue más lenta gracias a las temperaturas más bajas”, sostiene Di Stefano. Y, si bien en el Valle de Uco esta fue una temporada particularmente lluviosa, las uvas llegaron a la bodega con el punto de madurez deseado.

Por su parte, Sebastián Bisole, de Casa de Uco, Paso a Paso y Familia Mastrantonio, habla de una cosecha “bastante distópica”: si bien se preveía un buen año, todo cambió en febrero, cuando comenzaron a aumentar las precipitaciones. La situación climatológica llevó a muchas bodegas a cosechar temprano, pero esa uva reflejada en el vino no fue de la calidad esperada ni deseada. Y, aunque la relación de alcohol y acidez fue buena, la concertación de taninos y antocianos no fue la mejor. “Las uvas tintas del Valle de Uco cosechadas luego del 20 de marzo y con buen estado de sanidad van a dar vinos con taninos maduros, buena fruta, frescos”.

“Es una vendimia hermosa”, afirma Kaiser, de Doña Paula. Y destaca los blancos muy aromáticos y con buena concentración, así como tintos que presentan buena estructura. El entusiasmo es compartido por los enólogos de Peñaflor, para quienes la cosecha 2021 fue entre muy buena y excepcional en todas las principales regiones vitivinícolas del país.

En el Valle de Pedernal, en la provincia de San Juan, esta fue una vendimia atípica, con precipitaciones de 160 mm entre octubre y marzo, cuando lo normal es de 100 – 120 mm. “Comenzamos la vendimia el 15 de marzo y la finalizamos el 10 de abril. Fue algo despareja en cuanto a las fechas y puntos de madurez, lo que requirió un control más exhaustivo sobre el viñedo, pero los resultados, hasta ahora, son muy buenos”, asegura Paula González, la enóloga de Pyros Wines.

El enólogo Eduardo Casademont, de Finca Las Moras, describió que en San Juan las condiciones fueron muy buenas, ya que tuvieron un año muy seco y sin grandes heladas, y esto resultó en una muy buena sanidad de las uvas, con equilibrio entre azúcar y acidez.

Más al norte, en los Altos Valles Calchaquíes, Alejandro Pepa, de El Esteco, destaca que, al invierno muy seco y soleado, con gran cantidad de horas de frío, le siguió una primavera templada y sin incidencias climáticas negativas, lo que aseguró cantidad y calidad. Y si bien el verano se dio muy bien y con escasas precipitaciones, la gran cantidad de días nublados hicieron más lenta la madurez de las uvas, provocando un leve retraso en la cosecha. Esto le permitió caminar más los viñedos para definir el punto exacto de madurez.

Para Luis Asmet, de Bodega Puna, en Cachi provincia de Salta, la vendimia 2021 se realizó con normalidad y a ritmo tranquilo. “Este año tenemos en la zona alta del valle una particularidad de madurez más lenta, en respuesta a condiciones de temperaturas medias más bajas en enero y febrero”. Es por ello que recurrieron a no realizar restricciones hídricas para tener una canopia activa durante más tiempo y acompañar el ciclo más largo. Al final, lograron una madurez equilibrada y con uva muy fresca que expresará buena fruta en los vinos resultantes. “Estamos hablando de un ciclo más largo de la madurez que terminará siendo beneficiosa para tintos con un manejo adecuado en viñedo”, concluye.

Por último, desde la Patagonia, el enólogo de Familia Schroeder (San Patricio del Chañar, Neuquén) Leonardo Puppato destacó la calidad y la cantidad de la vendimia 2021, ya que lograron más kilos de uva que en 2020, con una muy buena sanidad y una maduración lenta.

Curiosidades de la cosecha

Muchos hacedores hacen referencia al capital humano de los viñedos y bodegas. “Los integrantes de mi equipo han demostrado en este tiempo un comportamiento que me hace sentir agradecido, orgulloso y feliz. Trabajar con un equipo que siempre apoya y ayuda ha sido un alivio y un motor para salir siempre adelante”, relata Reginato, de Catena Zapata.

Según Silvio Alberto, el trabajo en equipo que han logrado en las cuatro cosechas que ya lleva en la bodega les ha permitido hacer frente a todos los inconvenientes que van desde la logística, elaboración y capacidad de recepción en cada bodega. “Haber logrado hacer el seguimiento de la cosecha y elaboración en las distintas regiones vitivinícolas del país me ha permitido seguir aprendiendo”.

A Bisole le pasó algo curioso en esta vendimia: los miedos y la cautela para esperar a cosechar de los productores y las bodegas lo hicieron dudar y fue en busca del consejo de un colega que “siempre cosecha la uva en su momento óptimo”: “Al llegar a la bodega, me cuenta que ya llevaba el 70% cosechado. Me fui volando sin saludar”, rememora.

En época de vendimia, hay que recorrer el viñedo junto con los agrónomos una o dos veces a la semana para definir el momento óptimo de cosecha, comparte González. Con el equipo salen muy temprano de la ciudad de San Juan hacia el Valle de Pedernal, ya que tienen unas dos horas de viaje. “Estando en el viñed, vimos que comenzaba a llover en la precordillera; decidimos bajar antes de que llegara el agua por el río seco, pero ya era demasiado tarde. Fue toda una odisea cruzar el río con la camioneta y luego esquivar las rocas que habían sido arrastradas con la corriente. El retorno nos tomó cerca de cinco horas. Por eso, la llamamos viticultura extrema”, cierra.

Por Fabricio Portelli para Infobae
20 de Mayo de 2021

Deja un comentario

Todos los comentarios son moderados antes de ser publicados